miércoles, 6 de noviembre de 2019

Dominican Republic Jazz Festival 2019 (DRJF 2019), Consolidado.. por Luisa Rebecca Valentín

Dominican Republic Jazz Festival 2019 (DRJF 2019), Consolidado..
por Luisa Rebecca Valentín

Compartimos el artículo escrito por nuestra amiga Luisa Rebecca Valentín sobre lo que fue su experiencia de los tres últimos días (1,2,3 de Noviembre) de esta versión 2019 del Dominican Republic Jazz Festival!!

Luisa Rebecca es periodista, actriz, escritora y melómana; las fotos que acompañan el texto fueron también enviadas por ella. Nuestras gracias por compartir tus experiencias con nuestros lectores!!

Con la celebración de la vigésimo tercera edición, el Dominican Republic Jazz Festival se consolida como el festival de jazz más importante del país, el más multitudinario, el único abierto al público y el único que integra una misión formativa para nuevas generaciones de músicos, a través de la educación musical con Fedujazz.

 
Este agitado viernes el programa comenzó en Sosúa con  los embajadores musicales de Berklee, un puñado de jóvenes promisorios de distintas partes del mundo, unidos por la música y la formación académica en la prestigiosa escuela de músicos de Boston, comandados por el maestro Marco Pignataro.  Un talentoso pianista, Yessai Karapetian, versátil y con gran histrionismo ha venido de Armenia; un sentido acordeonista italiano, Giorgio Albanese;  Lihi Haruvi, una diminuta joven de Israel que con el saxo soprano explora melodías nuevas  y desanda los tonos más graves.  Se suman Mattero Cuttelo en la trompeta; Eli Heath, en el bajo y Juan Pablo Jaramillo de Chile, en la batería. Aunque muy jóvenes, están curados ya, curtidos en el oficio y la interpretación musical.  Más de la mitad de ellos también son compositores y, como ejecutantes, tienen la suficiente práctica para presentarse ante un público, sosegados,  sin los afanes y la fiebre, propios de los principiantes.

La segunda parte correspondió a Nando Michelín, un uruguayo que emigró hace 30 años a los Estados Unidos y que trajo un repertorio eminentemente brasileño.  Ha musicalizado poemas de Joao Cabral de Melo, poeta popular surrealista, apegado al rigor estético y a la rima. Loable labor. Aunque lo esperábamos, no trajo nada de su natal Uruguay, a pesar de que hasta el embajador uruguayo estuvo presente. Trajo a Ian De Musis Cardoso, un muy joven vocalista de una melodiosa voz, casi blanca, sin matices capaces de llevar a una a otras dimensiones. Es bella, pero es monótona la propuesta.  Sólo el saxo de Tucker Antell rompe con la muestra lineal y hace empatía con el público que valora su aporte y lo premia con resonados aplausos.  Quizás falló el repertorio, conformado por los temas de su nuevo disco. Lo cierto es que Nando Michelín no conectó con el público que estaba en Playa Alicia, a pesar de ser un pianista excelente, de depurada técnica y poético  cuidado al ejecutar.

El cierre de este día corresponde a The Dominican Jazz Project. Sandy Gabriel, David Almengod, Guy Frómeta y los norteamericanos Stephen Anderson y Jeffrey Eckels, quienes sustentados en las ideas iniciales del legendario Guillo Carías, desarrollaron el repertorio.  Los aportes de los académicos Anderson , Eckels y la experiencia de Sandy, Almengod y Guy ofertan una muestra de ritmos dominicanos como la mangulina, apoyados sobre la base del estudio, la investigación y la aplicación, dando como resultado una propuesta importante, dinámica, novedosa, con mucha validez, sabor y calidad.

El sábado, Josean Jacobo vino con ritmos de corte afro cultivados en el país, muchos tambores, balsié, mucha percusión mayor en su propuesta.  Después de esa oleada de "a darle con tó, a romper",  todos juntos, al mismo tiempo, de la ley del mucho con demasiado, de esa ofensiva, logramos sosiego con los acordes de "Compadre Pedro Juan" de Luis Alberti  ¿es que quizás ahora quieren conectar con el público, que ya se sienten finalmente en sintonía, lejos de tirar notas a rabiar, todos juntos y por montones? Había pasado ya el momento inicial de mostrar fuerza avasallante y la gente lo valoró.

 
El pianista de Maryland,  Justin Kauflin, de bien depurada técnica y exquisito sonido, sustentado en formación clásica, se suma a su talento y destreza en el instrumento. Tiene el buen humor de la gente inteligente y la sensibilidad que poseen quienes carecen de visión, pero desarrollan al máximo los dones recibidos.  Tiene en el piano ese exquisito sonido de lo acústico que claramente llega al oído y nos conecta con un pianista de técnica impecable, casi exacta.  Kauflin, con sus composiciones nos inspira a celebrar y honrar la vida.

El cierre del sábado quedó en manos del puertorriqueño Miguel Zenón.  Desde las primeras notas, trae ese sabor legendario de su origen.  Empuñando el saxo alto, Miguel muestra un amplísimo lenguaje en su instrumento. Largos solos que toca con destreza, versatilidad en el idioma musical y vocabulario, "porque hay con qué".  Es una banda perfectamente acoplada que da la impresión de que no es un grupo reunido de manera ocasional.  Lo percibo. Después lo confirmo cuando, ante mi pregunta, confirma que tienen 15 años tocando juntos. Esta es música para gente grande, para un público que espera calidad antepuesta a cualquier intento de impresionar.

Lleva en sus raíces  su folklore.  Es un sonido de Puerto Rico, pero está matizado por un barniz internacional e imperecedero, intemporal.  El profuso aguacero que acompaña su actuación en tarima, también deja salir estas profundas vetas de identidad, retomadas  siempre en la melodía, están perfectamente combinadas con la improvisación, luciendo fresco y renovado, con notas a borbotones sin repetir, pasando a un nuevo impulso creador y desbordante.  Sus raíces son como un punto de giro para su descarga organizada, partiendo de esa carta de ruta identitaria que luego lo lleva a crear una y otra vez. Su propuesta está basada en su disco "Sonero", un homenaje a Ismael Rivera, el sonero mayor, a quien tributa en esta nueva producción y de cuya presencia parte para crear.  Después de "El Nazareno", tuvo que regresar para interpretar "Quítate de la vía Perico".  Ya hace rato que me paré a comprar el disco, no vaya a ser cosa que se agote…

 
El día final de esta edición del festival, inició con los embajadores de Berklee.  Trajeron "Panarea", una pieza escrita por Marco Pignataro inspirada en la isla de Sicilia, un clásico ya en este festival, embrujadora y pegajosa, que se queda tarareada en la memoria. Se suma "Capachada" del venezonalo Carlos Capacho, quien al cuatro, nos ofrece un profuso solo. La más osada oferta en esta edición del festival es la presentada por Jane Bunnett y el grupo Maqueque.  Se trata de una legendaria saxofonista y flautista canadiense que tomó la iniciativa de unir su experiencia y talento al de un grupo de mujeres cubanas que tocan piano, batería, percusión mayor y bajo, sumado a la voz.  Son mujeres vitales, niñas desenfadadas que suben al escenario, bajo la batuta de la legendaria Jane a derrochar feminidad y poderío;  a atreverse con instrumentos poco tradicionales en la mujer como la batería o la percusión mayor; a unirse todas en una improvisación vocal poderosa y dulce a la vez.  "Habana de noche" es el bolerazo que tocan para cerrar.  Todas tocan, todas cantan es una comunidad integralmente enlazada por la música.  Tras los aplausos, volvieron con un bono musical.Se vuelve una conga cubana el escenario, entre sonoridad y espíritu festivo.

 
José Alberto El Canario subió con una super banda y con su veteranía, trajo "Caravan" de Wynton Marsalis; salsa, son y changuí, con el tresero cubano Fernando Dewar, director del Septeto Santiaguero de Cuba, con el que ha grabado un nuevo disco. Es pura energía sobre tarima, silba como si emulara a Pacheco y su flauta,; "Chan chan", "Rita la Caimana", van marcando el camino.

Jose Alberto conforma un buen show, ganó experiencia al lado de grandes figuras de la música latina, acostumbradas a ofrecer grandes espectáculo que han influido en él, distintos géneros, mucha energía, gran entrega. Se desplaza de un lado para otro del escenario, baila, dirige, canta, ordena y complace al público.  No podía faltar un merengue, cierra con "Spain" de Chick Corea, popularizado por Al Jarreau, versión magnífica que tienen en su repertorio desde hace años.  Tuvo que volver una y otra vez al escenario.  Presentó sus músico, agradeció a todos y en un hermoso e inusual gesto valorativo, presentó a su "band boy" Alegría, con lo cual cerró.

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